La Equidad en Salud para Personas LGBT, ¡Vamos a Darle el Frente!

Dr. Alberto Roque Guerra
Foto: Wilfred Labiosa
Dr. Alberto Roque Guerra  Foto: Wilfred Labiosa

Dr. Alberto Roque Guerra
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Por: Dr. Alberto Roque Guerra/Especial para TRT—

La salud debe ser un derecho humano universal; sólo hay ciertos países en que lo es, sin embargo. Las políticas de salud se estructuran e implementan desde una norma heterosexista (heteronormativa) con fines reproductivos y reconocen la rígida existencia de dos géneros: masculino y femenino.

De este modo, las personas homosexuales masculinas y femeninas, l@s bisexuales y Trans enfrentan limitaciones en el proceso de atención, además de que sus necesidades de salud específicas no se reconocen en las políticas.  [pullquote]Las políticas de salud se estructuran e implementan desde una norma heterosexista (heteronormativa) con fines reproductivos y reconocen la rígida existencia de dos géneros: masculino y femenino. [/pullquote]

Tal contradicción obedece a que las normas culturales patriarcales y heterosexistas vigentes generen estigmas y actitudes discriminatorias, caracterizadas como una valoración negativa, que sitúa a las personas y grupos humanos con sexualidades no heteronormativas en un estatus ciudadano inferior y les asigna un escaso poder relativo por su orientación sexual o identidad de género. Estos son determinantes sociales de la salud que tienen un impacto nocivo, no solo en relación con el derecho al acceso a los servicios, sino también con la calidad de la atención.

El estigma, la discriminación y el pobre empoderamiento de las personas con sexualidades no heteronormativas conllevan a una mayor vulnerabilidad en el contexto de la atención de salud. A ello se suma la ausencia de una formación de los profesionales de la salud con perspectiva de género. Tanto los usuarios como las personas que se encargan de brindar el servicio pueden ser víctimas de estigmas relacionados con la orientación sexual o la identidad/rol de género. El estigma relacionado con la orientación sexual — al igual que el étnico y el religioso — funciona en el ámbito privado hasta que la persona lo hace público. Mientras que los estigmas relacionados con el racismo, los roles de género o las discapacidades son visibles y por ende, de dominio público.

Muchas personas homosexuales (masculinas y femeninas) utilizan estrategias de ocultamiento de su orientación sexual ante el temor de ser discriminadas. En el caso de la identidad/rol de género, algunas personas muestran lo que realmente no sienten o desean expresar en relación al género con el cual se identifican. De hecho, la situación puede ser aún peor cuando se trata de una persona que ha realizado una transición de género y se le sigue reconociendo de acuerdo a los datos de los documentos de identidad (basados en el sexo). [pullquote]El estigma relacionado con la orientación sexual — al igual que el étnico y el religioso — funciona en el ámbito privado hasta que la persona lo hace público. Mientras que los estigmas relacionados con el racismo, los roles de género o las discapacidades son visibles y por ende, de dominio público. [/pullquote]

Las mencionadas limitaciones se conocen como barreras personales y estructurales. Las personales dependen de la relación usuario-proveedor del servicio y en ellas median las ideas, los afectos y las actitudes entre las personas. Las estructurales dependen de las instituciones y son independientes del proveedor del servicio y del usuario.

A todo lo anterior se suman las relaciones laborales en las instituciones, que obligan a mantener en privado las expresiones de las sexualidades no heteronormativas, mientras se privilegian y legitiman las expresiones heterosexuales hegemónicas. ¿Entonces, que?  La posible solución a esto es no sólo hablar al respecto abiertamente pero también se requiere que el personal de la salud tenga las competencias culturales necesarias para una adecuada comunicación con el usuario o usuaria y que se establezca una relación dialógica y de carácter integral y humanista entre ambos. Para ello es vital modificar las políticas asistenciales y educativas con la inclusión de los temas sobre sexualidad y género, además de la necesaria interrelación con las disciplinas de las llamadas ciencias sociales o humanidades.  [pullquote]Equidad en el campo médico sólo puede llegar cuando tod@s nos tratemos por igual, cuando haya un diálogo no privado pero público al respecto y haya una conexión entre la política pública y la privada – cuando el estigma es dialogado y cuando se pregunta que significa este estigma para el paciente. [/pullquote]

Equidad en el campo médico sólo puede llegar cuando tod@s nos tratemos por igual, cuando haya un diálogo no privado pero público al respecto y haya una conexión entre la política pública y la privada – cuando el estigma es dialogado y cuando se pregunta que significa este estigma para el paciente.

Comentario: En Cuba el derecho a salud es para tod@s pero todavía se exhiben estas interacciones heteronormativas entre médico y paciente. Aunque hay much@s que tienen a un médico que dialoga abiertamente de una perspectiva homosexual, no es la regla común pero la excepción y se nota mas en ciudades metropolitanas. El problema mas grave de la situación en Cuba es la falta de producto de medicinas por que el sistema de proveedores médico es de alta calidad. Médicos, enfermer@s y demás personal en el campo de la salud es entrenad@ rigurosamente.

*Escrito por Dr. Alberto Roque Guerra desde Cuba; medico en la Habana, filósofo y activista GLBT. Editado y comentario escrito por Wilfred Labiosa. Para dar tu opinión al respecto, glbtcuba@gmail.com; comentarios serán enviados al escritor.

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